La noticia no el único formato periodístico
para relatar un hecho. Mientras la noticia se ocupa de anunciar sucesos que no
dan lugar a una narración, por lo general hechos ocurridos o que van a ocurrir
(actividades culturales, conferencias, comunicados oficiales, etc.), la crónica
es el género más específico a la hora de relatar acontecimientos con
desarrollo. Según la profesora Ana Atorresi "la crónica es,
fundamentalmente, un relato porque narra un acontecimiento dando la ilusión de
un desarrollo cronológico".
La palabra "crónica" tiene su raíz etimológica en
cronos, que en griego significaba "tiempo". A diferencia de la
noticia, que lo primero que cuenta es el final porque encabeza con resultados
("Murió un ciclista en la Ruta 9 atropellado por una camioneta"), la crónica puede darse el lujo de empezar por el principio y
seguir un orden temporal, cronológico.
CRÓNICA Y RELATO
SE DICE QUE LA CRÓNICA es el más literario de los géneros
periodísticos porque, por un lado, permite desarrollar procedimientos de
representación típicos del discurso narrativa, con descripciones y
escenificaciones que incluyen hasta al dialogo. Grandes escritores como Gabriel
García Márquez empezaron su carrera siendo periodistas y utilizando este género
como su principal forma de expresión (tal es el caso de Crónica de una muerte anunciada,
de Gabriel García Márquez).
Piensen que los primeros cronistas fueren los viajeros de
Indias, verdaderos narradores de historias.
El periodismo, más adelante, se apropió del género y lo fue transformando.
En la crónica, entonces la escritura respeta el tiempo del relato, sigue una construcción
más literaria con una "entrada", un desarrollo secuencia por
secuencia y un desenlace.
Sin embargo, existen variantes en el armado de la crónica:
al que sigue al pie de la letra el orden cronológico se lo denomina pirámide
normal porque configura un esquema en el que el relato crece hacia el
desenlace. Otra variante permite resumir la información principal en unas líneas
y a continuación relatar secuencialmente los hechos. Esta es una de las formas más
usadas en el periodismo actual, y combina la pirámide invertida típica de la noticia
con la pirámide normal propia de la narración.
Algunos autores perciben que la crónica era el género periodístico
privilegiado por los medios hasta que el formato de la pirámide invertida
(noticia) invadió las redacciones de los Estados Unidos por considerárselo más ágil.
Con la correspondiente demora, el periodismo latinoamericano también adaptó la
forma de la noticia como el género periodístico por excelencia, aunque la crónica
se usa cuando el esquema de la pirámide invertida se hace, por algún motivo, insuficiente.
La crónica debe contener elementos informativos (lo
noticioso, la información) y puede
incluir análisis. En general se entiende que no es el espacio para las
opiniones personales o hipótesis sin fundamentación (como todo el periodismo,
en realidad).
En una crónica lo subjetivo y lo objetivo se complementan.
Los juicios, opiniones, valoraciones deben estar en segundo lugar en relación a
la narración de los hechos y de los datos. Es predominantemente informativo,
aunque amplía y selecciona la información y comenta el hecho narrado.
¿Definimos a la crónica?
El Manual de Estilo del diario Clarín sostiene que la crónica es "un
texto que reconstruye un acontecimiento de la actualidad, sin ser una mera
descripción de hechos”. O podemos decir que "La crónica es, en
esencia, una información interpretativa y valorativa de los hechos noticiosos,
actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga lo
narrado" (Martín Vivaldi, 1987, p. 123).
Como decíamos, las crónicas se arman con una combinación de
elementos: narración, descripción, comentario y diálogo. Pueden o no estar
todos presentes, aunque los dos últimos son menos frecuentes.
Los segmentos
narrativos se dedican a los acontecimientos considerados como puros
procesos, y por eso, ponen el acento en el aspecto temporal del relato. Por
consiguiente se caracterizan por el predominio de tiempos pretéritos ("Ganó
River", "El chico caminaba por la avenida principal cuando la policía
lo reconoció) y del presente histórico ("Detienen al agresor de la modelo", "Interrogan al hincha baleado el domingo", etc.)
"Los seguidores ingresan conmovidos al recinto, muchos entre lágrimas, y se acercan al féretro, cubierto por la bandera tricolor de Venezuela y abierto y resguardado por un vidrio en la otra mitad, para observar por última vez a su líder" (Clarín, 7 de marzo de 2013) "Los vecinos se cruzaban sorprendidos con mini manifestaciones juveniles dispersas en varios puntos de la ciudad. Algunos jóvenes se disfrazaron, casi todos llevaban banderas que los identificaban y la mayoría desplegaba una batería de fuegos artificiales." (Clarín, 4 de marzo de 2013)
La descripción,
por el contrario, se detiene sobre objetos y seres sin intervención de
temporalidad, y considera los procesos como espectáculos. Estos procesos—espectáculos
son comunes en la crónica: tienden a revelar y al mismo tiempo a justificar el
porqué de los acontecimientos y la psicología de los personajes implicados en
ellos. Pero además, contribuyen a la idea de la presencia física del
periodista.
"Varias de las personas que ingresaron a despedirse, contaron que Chávez vestía el uniforme militar y la boina roja de sus días como paracaidista del Ejército y que llevaba la banda presidencial, según informa la agencia AP" (La Nación, 6 de marzo de
2013.)
"La puerta principal tiene daños por el disparo, igual que una segunda
puerta. El proyectil quedó cerca de un escritorio". (Infobae 6 de marzo de 2013)
Los segmentos comentativos
suelen introducirse a través de conectores: "por otra parte", "además".
"sin embargo", que permiten que el paso de la narración al comentario
se realice en forma coherente. Crea la ilusión de que el cronista redacta la crónica
desde el lugar de los hechos y de que desde hace tiempo está participando de
los mismos. Generalmente aparece como
comentario o síntesis de sucesos que llevan varios días sin resolución: “en
estos días”. “generalmente”, “en forma unánime” son marcas de comentario. La adjetivación,
además, es fuertemente subjetiva.
Las escenas dialogadas,
finalmente, menos frecuentes en las crónicas, son las que refieren palabras de
los otros. Pueden construirse con discurso directo (encomillado o pregunta-respuesta), indirecto o
narrativizado.
- Menem dijo: Ramal que para, ramal que cierra” (DD)
- Menem dijo que cerraría los ramales que hagan paro (DI)
- Menem cerraría los ramales que hagan paro
Tipos de crónica
La crónica informativa
Trata de acontecimientos con una dosis de interés humano.
Puede ir desde los chismes de pasillo de gobierno hasta los detalles de un
espectáculo o inauguración. Las crónicas policiales son las más ampliamente
conocidas y más difundidas.
La crónica de corresponsal
Es la información desarrollada por los corresponsales de los
medios, es decir los que no trabajan en la sede del diario o canal de TV.
Generalmente son mejores a las crónicas de las agencias
de noticias ya que están contadas desde quien conoce a los lectores
particulares del medio periodístico y la agrega la vitalidad y brindan “otra
mirada” que puede alejarse de la mirada de una empresa con otra cultura,
ideología, mirada sobre el mundo
La crónica opinativa
La característica principal es que se utiliza la
argumentación para desarrollar el tema. Se la llama comentario pero este pequeño
género será tratado más adelante. Está en el borde de los géneros y a veces
resulta imposible diferenciarlas.
Se desarrollar fundamentalmente en las revistas sobre todo
en las temáticas. Por ejemplo, es casi imposible hacer una crónica de un
partido de fútbol o básquet (cualquier deporte) sin incluir análisis o
interpretación de lo que ha sucedido
¿Cómo se escribe una crónica?
Según Clarín, la
regla principal en la construcción de una crónica es el ordenamiento de la
información según su relevancia. Esto significa que debe tener una estructura
interna que "no respete necesariamente el orden cronológico de los hechos
ni su secuencia lógica". Para La
Nación, la crónica debe construirse "a partir de unas líneas muy
atrayentes y fuertes que contengan la esencia de lo que pasó, de lo que se
quiere transmitir".
Elementos de la crónica
La cabeza:
"contiene lo principal de la información, pero no es un resumen del texto.
Debe ser directa, concisa y contundente, y desarrollar un concepto. A lo sumo,
dos". Esto requiere un proceso de "evaluación y enfoque" de la
información en virtud de "las necesidades informativas del lector". Un
buen comienzo que debe ser atractivo para llamar la atención del lector. No
conviene abrumar con datos y cifras desde la primera línea y se recomienda una
extensión de diez a doce líneas.
No debe ser una continuación del título, sino que la
síntesis de la información debe estar aunque repita lo consignado en la bajada
o la volanta. Recordemos que los títulos tienen otra función, de la del texto.
El cuerpo:
"desarrolla la información presentada en la cabeza y puede responder a las
seis preguntas (qué, quién, dónde, cuándo, cómo y por qué) según la importancia
que cada una de ellas tenga en cada caso.
La redacción de las noticias sigue un orden decreciente de
interés, en la forma de la “pirámide invertida, es decir de lo más importante o
general (la base de la pirámide) a lo menos importante o detalles menores
(vértice de la pirámide. Aporta demás los antecedentes y los datos necesarios
para contextualizar una información. El cuerpo debe articularse como una
unidad, con principio, desarrollo y fin, y mantener la atención del lector
hasta el final".
El remate: Debe
agregar un elemento informativo atractivo que se articule con la cabeza. Es el
punto donde el lector debe tener la sensación de que la noticia está completa.
Tiene una función más psicológica ya que no debe agregar información de
relevancia que su hubiera dado antes.
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